Publicaciones Estudiantiles

EDGAR VINICIO JACOME ZAMBRANO
Title: The Great Global Warming Swindle

Area: Atlantic International University
Country: Honolulu, Hawaii
Program: Curriculum Development
Avialable for Download: Yes



















La temperatura de la superficie de nuestro planeta ha aumentado, en promedio, en 0,5 ºC desde mediados del siglo XIX. El mayor incremento se registró hasta antes de 1940, luego disminuyó durante cuatro décadas hasta 1975 y finalmente ha vuelto a subir en las últimas tres décadas.

Las evidencias de los registros de la temperatura de la superficie terrestre determinan un claro consenso sobre la existencia del fenómeno del calentamiento global; no obstante, la gran polémica surge entorno a cuáles son las verdaderas causas de este calentamiento global.

Por un lado están quienes aseguran que el calentamiento global es causado por actividades desarrolladas por el hombre, en particular por aquellas tareas humanas asociadas al desarrollo industrial y por ende a la producción y emisión de CO2, pues aseguran que éste gas de efecto invernadero tiene consecuencias directas en la temperatura del planeta Tierra.

Contrarios a este criterio se ubican quienes afirman que el calentamiento global no es causado por el CO2, por ende el hombre no es el responsable de dicho fenómeno.

Afirman que si bien las actividades industriales generan gases de efecto invernadero como el CO2, su efecto en el calentamiento global no es relevante debido a la baja cantidad producida y en especial a que éste es apenas un componente menor de los gases de efecto invernadero, entre los cuales el vapor de agua representa el 95%.

Consideran que el calentamiento actual, al igual que otros cambios climáticos históricos, es causado por los cambios de actividad solar; afirman que las variaciones en la actividad solar, como la presencia de explosiones solares, explican el aumento de la temperatura de la tierra.

Importantes científicos especializados en fenómenos climáticos, atmosféricos, solares y otras áreas relacionadas, demuestran y aseguran que el calentamiento global no tiene relación con la producción de CO2. En efecto, el clima ha cambiado siempre, han existido innumerable períodos con altas temperaturas y otros tantos con bajas temperaturas; como es el caso por ejemplo de la denominada “Pequeña Edad del Hielo” en el siglo XIV, en la que el propio río Tamesis en Londres se congelaba y su superficie de hielo era aprovechada por la gente para hacer deporte, para ferias y momentos de diversión. Antes de aquello, en el siglo XII, se registró el “Período Cálido Medieval”, con temperaturas incluso más altas que las actuales, que a su vez determinaron un estilo de vida diferente en Inglaterra, incluyendo el aprovechamiento de la tierra en cultivos como viñedos, típicamente propios de zonas cálidas.

Un análisis del comportamiento de la temperatura de la superficie terrestre en épocas más recientes, evidencia que un incremento a mediados del siglo XIX cuando la actividad industrial era insignificante, es decir mucho antes del denominado “boom industrial”; posteriormente, después de la segunda guerra mundial, esto es en plena época de recuperación económica, cuando la actividad industrial se intensifica y la producción de CO2 crece en forma exponencial, la temperatura del planeta disminuye. En los años 70’s cuando se presenta una recesión mundial y cae la producción de CO2, la temperatura de la tierra vuele a experimentar un incremento.

Este comportamiento evidencia que el cambio climático y en especial la temperatura del planeta no está asociada con la producción de CO2; de ser así, el planeta se habría calentado precisamente en la época de mayor actividad industrial y se habría enfriado en las épocas de recesión económica. El fenómeno fue exactamente contrario a esta teoría.

Quienes sostienen lo contrario, como el señor Al Gore por ejemplo, muestran una correlación entre el CO2 y la temperatura de la superficie terrestre; sus afirmaciones se basan en estudios del núcleo de hielo de la Antártica, que han sido cuestionados en razón de que muestran correlaciones distintas. Se confirma que la mayor producción de CO2 como gas de invernadero es consecuencia del aumento de temperatura y no lo contrario. Así, la mayor fuente de CO2 está en los océanos que al calentarse liberan más cantidad de CO2 y mientras más fríos sean más absorben CO2. Pero el punto es que los océanos demoran miles de años en experimentar cambios de temperaturas, lo cual explica que el CO2 se produzca muchos años después del cambio de temperatura en los mares.

En consecuencia, no hay evidencias de que el CO2 sea el determinante del aumento de temperatura en la superficie terrestre; pero, si no es el CO2, ¿quién lo hace? Está comprobada la estrecha relación entre las variaciones de la temperatura de la tierra y la mayor o menor intensidad de la actividad solar. Estudios de relaciones entre la actividad solar y el clima así lo conforman. En efecto, se comprobó que en la época denominada la “Pequeña edad del hielo”, existió menor intensidad en la actividad solar evidenciada por menores manchas solares; en tanto que en épocas cálidas la actividad solar fue más intensa. De hecho, se comprobó que la actividad solar subió hasta 1940, cayó luego durante cuatro décadas y volvió a intensificarse en las últimas tres décadas, manteniendo una estrecha relación con los cambios de temperatura de la superficie terrestre. Esta correlación entre la actividad solar y los cambios de temperatura fue igualmente comprobada en series históricas mayores, de hasta 400 años atrás.

Pero la gran pregunta es: ¿Siendo así de evidente y clara la explicación del calentamiento global, por qué se le atribuye al hombre la causa de ese fenómeno?

La respuesta y explicación está en el plano político. Fueron precisamente los políticos, representados por la Sra. Margareth Tacher los que iniciaron la politización del tema del calentamiento global. A raíz de una situación crítica para la estabilidad de su gobierno, provocada por la huelga de los mineros en Inglaterra, la Sra. Tacher impulsa la teoría del calentamiento global causado por el hombre, asigna importantes recursos financieros e incentiva procesos de investigación y desarrollo relacionados con el cambio climático asociado al CO2. Nace así el IPCC, entidad que posteriormente emite su famoso reporte que predijo hasta desastres como resultado del cambio climático.

Resultó propicio el tema para reactivar a grupos políticos de izquierda que habían visto truncadas sus aspiraciones ante la caída del comunismo y el fracaso del socialismo. Esta resultó la gran oportunidad para recuperar espacios de actividad, cambiando su enfoque político tradicional a otro de corte ambientalista, con manifestaciones en contra del desarrollo y del crecimiento económico, con posiciones extremas en contra del capitalismo, la globalización, EE.UU. y algunos países europeos. Se gestó así una de las alianzas políticas más inverosímiles entre la una líder extremadamente conservadora como fue la Sra. Margareth Tacher y un grupo de izquierda rebelde, cobijados bajo el paraguas de ambientalistas.

A principios de los años 90’s la teoría del calentamiento global provocado por el hombre era una gran campaña política en pleno auge. Los recursos destinados al tema crecieron exponencialmente, al igual que el grupo de personas que dependen de esa actividad a nivel mundial. El acceso a apoyos financieros para trabajos relacionados con el cambio climático asociado al CO2 resultaba relativamente fácil y miles de millones de dólares comenzaron a ser parte de la danza del cambio climático.

Como parte de la estrategia de posicionamiento del fenómeno climático, se enfatizó en los desastres que ocurrirían si no se toman acciones para controlar la supuesta causa, es decir la emisión de CO2. Catástrofes naturales, fundición de las capas de hielo en los polos, inundaciones, desaparición de ciudades costeras, etc., son algunas de las admoniciones que se anuncian como producto del calentamiento global producido por el hombre.

Pero no solo estos mecanismos de comunicación están activos, también es eficaz la acción de organismos como el IPCC que hasta han emitido reportes falsos y hasta mutilados, evidenciando una corrupción terriblemente desestabilizadora. Algunos gobiernos y determinadas ONG’s presionan para dirigir los reportes y enfatizan en la necesidad de detener la emisión de CO2.

Detrás de todo esto están en juego miles de millones de dólares, millones de empleos, millones de personas dependientes del tema calentamiento global, grandes negocios de por medio y últimamente el desarrollo del denominado mercado de carbono que mueve millones de dólares en transacciones de tipo bursátil.

Es evidente que el tema, a pesar de las evidencias científicas que demuestran fehacientemente que el calentamiento global no es causado por las actividades del hombre, concretamente no es causado por la emisión de CO2 producto del desarrollo de las sociedades, sino que está estrechamente asociado a los cambios en la actividad solar, se ha convertido en una opción política de la cual se aprovechan grupos desestabilizadores de izquierda, que pretenden detener el desarrollo y conducir a la humanidad a modelos de vida ya superados por el hombre como los de la época medieval.

Pese a los contundentes argumentos científicos que rebaten la teoría del calentamiento global causado por el hombre, que por cierto no pueden ser abiertamente expuestos ni democráticamente defendidos por parte de los hombres de ciencia que han estudiado a fondo el tema debido a que son víctimas de persecución y de amenazas, esa teoría ha tomado gran dinamismo y se ha posicionado fuertemente merced al apoyo publicitario y de comunicación en el que la prensa y las entidades cómplices como el IPCC han jugado un rol preponderante.

Más allá de la verdad científica e incluso de los móviles políticos, la teoría del cambio climático causado por el hombre, ha dado pábulo al desarrollo de un gran negocio, del cual lucran y viven millones de personas; son inimaginables siquiera las consecuencias económicas para miles de instituciones y millones de personas, como resultado de un desmoronamiento de dicha teoría.

En los países desarrollados, se está limita el crecimiento, la innovación, la inventiva, la búsqueda de mejores niveles de vida. Pero lo realmente preocupante de tras de toda la teoría del calentamiento global causado por el hombre, es el enorme impacto que está teniendo en los países del tercer mundo; a ellos prácticamente se les ha impedido el desarrollo, se les está condenando a un estancamiento cruel, a vivir por siempre bajo niveles de pobreza extrema, sin fuentes competitivas de energía, vale decir sin luz eléctrica, sin agua caliente, sin refrigeración, sin aire acondicionado, sin acceso a las comodidades de las que disfrutan el primer mundo. Dos mil millones de personas que habitan este planeta, esto es un tercio de la población mundial, no tiene acceso a la energía eléctrica.

África y varios países latinoamericanos tienen petróleo, carbón, minerales, están sentados en fuentes enormes de riqueza que deben explotarse para erradicar la pobreza y procurar un mundo más justo, solidario y equitativo, pero con cargo a la falsa teoría del calentamiento global causado por el hombre, los ambientalistas dicen no a la explotación, negando e impidiendo así su legítimo derecho al desarrollo.

Edgar Jácome Z.
AIU


     

 

 
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